Cuando yo era chico, conocí la democracia. Tuvimos elecciones y luego otras y, por primera vez, ví con ojos sorprendidos cómo pocos meses antes de cada votación, se amontonaban los arreglos en las calles, a las apuradas, desorganizados, y se hacía en tres meses todo lo que no se había hecho en 5 años.
Mis mayores me explicaron que esas eran cosas de blancos y colorados, jugarretas políticas para intentar engañar al Pueblo. Pero el Pueblo, a la larga, iba a vencer y los trabajadores iban a tomar conciencia de esas mentiras y nadie nos iba a tomar más el pelo. Cantábamos una canción muy linda, que decía que desde el fondo del tiempo vendría otro tiempo, mucho mejor.
En los últimos 5 años no existieron las sendas en la rambla (ni en muchas otras calles y avenidas). Todo el mundo andaba por el medio de la calle; un quilombo. Cada vez que me quejo de esto, se me contesta automáticamente que el gobierno hizo mucho en otros barrios (es verdad), más alejados de la rambla donde transitamos los burgueses izquierdistas como yo (lo cual también es verdad).
Las sendas de la rambla parecen poca cosa. Pero esas rayitas blancas son los renglones sobre los que se escribe la ley de la ciudad, que es la que nos protege de la ley de la selva. Durante casi 5 años no las tuvimos. Se podrían haber pintado en 5 días.
Hace un par de semanas, la intendencia del Frente Amplio finalmente pintó sendas en parte de la rambla. Mal, y a las apuradas, pero las pintó. Lo hizo pocas semanas antes de las elecciones. Cuando yo era chico, esas eran estrategias de gente mala y corrupta, jugarretas políticas para intentar engañar al Pueblo. ¿La ética habrá cambiado tanto en 20 años?
Si existiera un partido que me asegurara las siguientes tres cosas, lo voto con los ojos cerrados:
1) Carteles con los nombres de calles en todas las esquinas.
Eso es para saber donde estamos parados.
2) Mejor señalización y control del tránsito.
Eso es para saber adonde vamos.
3) La certeza de que los funcionarios corruptos (“somos la ley y hacemos lo que queremos”) no trabajen nunca más en una dependencia pública, en ningún cargo, nunca jamás.
Eso es para saber quienes somos.
Ningún candidato, ni siquiera Ana Olivera –que tiene pinta de ser gran tipa y muy capaz–, me asegura estas 3 simples cosas. ¿Es tanto pedir?
Por primera vez en mi vida no voy a votar a mi partido. Tampoco voy a votar a otro partido (no me convencen); votaré en blanco. Ojalá, en el futuro, el FA no guarde presupuesto para hacer arreglos a las apuradas en año electoral. Porque a mí no me engañan, esas son jugarretas de gente mala que le quiere mentir al Pueblo. Lo aprendí de chico, me lo enseñaron mis mayores. Lo aprendí de chico, cuando también aprendí los ideales del Frente Amplio, en los que hoy, más que nunca, sigo creyendo.
Mismo! Soy del interior, y cuando paso por las calles en ómnibus no-céntricos tengo que andar dependiendo del chofer. Y cuando voy caminando, tengo que andar preguntando. Y lo de los empleados públicos es una de esas "discusiones interminables" que se dejan archivar hasta que alguien salta de nuevo, solo para que en unas semanas se vuelva a archivar porque lo único que recibe de respuesta es "es para proteger al empleado de un gobierno que cambia cada 5 años"
Publicado por: Facundo | abril 07, 2010 en 04:05 p.m.
Sinceramente como ciudadana me da verguenza todo esto.. falta de señalización, empleados públicos a los que hay que rogarles que le aflojen al mate y al chusmerío y te atiendan, basura por doquier, cero respeto y consideración por la gente discapacitada.. y así montones de cosas. Cambiarán las cosas algún día?
Publicado por: Fiore | abril 07, 2010 en 08:48 p.m.
Esta vez el Frente no recibirá mi apoyo tampoco. Además de la gestión mediocre, está el tema de la necesaria reforma de la fuerza política. En algún momento siento que hay que mandar un mensaje de alerta. No está siempre todo bien porque lo demás es peor. ¿Qué hace el "Hey, votalo a Ney" a la derecha?
Publicado por: Florencia | abril 08, 2010 en 04:14 p.m.
Agrego una cuarta cosa: Eliminar las mamparas de los taxis. Para seguir existiendo después de un frenazo, nomás.
Publicado por: Leila Macor | mayo 11, 2010 en 02:46 a.m.